martes, 27 de diciembre de 2011

Anarquía y movimiento estudiantil

Los anarquistas nos hemos caracterizado históricamente por participar de manera activa en las luchas sociales. En los movimientos estudiantiles que han sacudido Chile en mayor o menor medida en los últimos años, no ha sido la excepción. También hemos estado en boca de la prensa del capital, la gran mayoría de las veces deformando nuestro pensamiento para crear temor y rechazo en la población. Pero, ¿qué queremos los anarquistas? en una palabra: La Libertad. Somos conscientes de que la libertad debe ir abrazada de la igualdad social, porque consideramos que sólo cuando todos seamos igualmente libres, podremos estar en condiciones de auto-proclamarnos individualmente libres. Dicho proceso es complejo, tiene muchas aristas y particularidades difíciles de resumir, porque son infinitas o tan diversas como los seres que habitan este planeta.

Respuestas programáticas consensuadas por el conjunto de los anarquistas pueden parecer muchas veces poco claras, no tenemos un programa único incuestionable -más que la libertad y la igualdad- ni comité central que nos de órdenes, pero en el contexto de la situación actual tratamos de ser coherentes con nuestros deseos, cada cual desde sus capacidades y coyuntura local. Bajo esta lógica, considero que el llamado a la organización debe concretarse en la  expresión revolucionaria de las asambleas en los barrios y en los diversos centros laborales y estudiantiles que por medio de la protesta y por el estratégico avance autogestionario sea capaz de tomarse un derecho, que nos niega la brutalidad de una minoría sumamente egoísta, refugiada en la clase política tradicional y en las instituciones armadas, esa que no ha dudado en asesinar a estudiantes que se rebelan contra este insulto a la humanidad: Negar un derecho tan básico como lo es La Educación.

Independiente de lo que como anarquistas deseemos o no, en el actual orden de cosas, dichos derechos o supuestos avances probable y tristemente serán consagrados y desvirtuados a través de leyes reformadoras en el sistema educacional. ¿ Dejaremos por eso ser parte activa del movimiento social por la educación? ¿ o debemos ver en, y desde este movimiento una oportunidad más para crear los lazos necesarios hacia la emancipación del ser humano en su lucha contra toda autoridad ? En la misma lógica, pero en un contexto distinto, nos solemos preguntar desde el movimiento libertario. ¿ Qué pasaría si se niega el derecho al Voto, práctica frecuente de las Dictaduras ? Probablemente lucharíamos junto y desde al pueblo directa o indirectamente por alcanzar este derecho , como ya lo han hecho a lo largo de la historia amantes de las ideas libertarias en la resistencia contra las dictaduras. ¿ Son meros reformistas por eso? Pienso que no, en cuanto su objetivo no es alcanzar una democracia, si no satisfacer espacios de convivencia que den directa o indirectamente mayores libertades como el derecho a la reunión, asociación y movilidad. Como anarquistas no luchamos contra las dictaduras para que la cambien por otra "más blanda", si no que, naturalmente, nos rebelamos contra el conjunto de las violaciones permanentes en todos los ámbitos de la vida propios de las dictaduras, como lo es la censura extrema del libre pensamiento y contra las desapariciones sistemáticas de opositores a los regímenes.

Siento que no es momento de caer en el pesimismo de pensar que estamos luchando para forjar nuestras propias cadenas, tampoco es tiempo para expandir el derrotismo en quienes sienten en sus pieles la necesidad de la revolución del aquí y ahora, desánimos por parte de la manipulación de los medios de comunicación les sobra, organización y construcción de redes de apoyo es lo que falta, ánimos, abrazos, sonrisas, acciones concretas que aporten a la lucha, sin por ello dejar a un lado la permanente autocrítica para crecer como movimiento, pero la crítica sin una postura activa puede fácilmente, convertirse en el menosprecio de la necesidad de cambios reales que hacen mover las voluntades y con ello, el aprendizaje constante en los procesos revolucionarios.

Nos repiten por estas fechas de fiestas de fin de año y vacaciones ( para quién pueda tomárselas) de que el movimiento está decayendo, -como si los movimientos sociales fueran gráficos de la bolsa donde los villanos de las AFPs especulan con nuestras vidas-, es cierto que el movimiento estudiantil se encuentra en un proceso de introspección, de análisis, de organización no tan evidente y masiva como lo son las protestas populares, pero no por eso menos importantes, ya que la organización autogestionaria es tan importante como los llamados a rebelión contra el orden establecido que se hacen en las marchas, rebelarse contra el egoísmo de la propiedad privada requiere de plantearnos en todo momento vías alternativas de resistencia, y no seguir una y otra vez las pautas sutilmente pre-establecidas por el poder de los medios de comunicación.

La protesta sin autogestión es pura sugestión
¡organizate y lucha !